SEXUALIDAD, DEL TABÚ A LO SAGRADO

A lo largo de la historia, las grandes fuerzas instintivas humanas fueron consistentemente ocultadas y reprimidas. Potentes fuerzas que expresan la enorme potencialidad escondida en nuestro interior.

La gran Fuente de Vida se manifiesta a través de la energía sexual, fluyendo tanto dentro como fuera de nuestros cuerpos físicos. Esta energía es una expresión de pura naturaleza y la conexión más profunda que tenemos con la vida.

Por muchos siglos esta naturaleza innata en todo lo viviente ha sido capada, rechazada, reprimida, abusada, sometida por modelos jerárquicos de organización que utilizan su poder como herramienta de control y dominio. Esta negación de la propia naturaleza la podemos sentir y comprobar tanto de forma interna (en nuestro cuerpo, nuestras emociones, pensamientos…) como externa (en nuestra sociedad, el medio ambiente, el consumo, la educación…).

Toda la creación, todo lo viviente, nosotros y nosotras, estamos configurados biológicamente para crear y sostener más y más vida, es inevitable. Entonces, ¿por qué ir en contra de nosotros mismos? Es esencial y de máxima importancia darnos cuenta de esta gran contradicción y atender Lo Que Somos, nuestra Naturaleza, nuestra Sabiduría, nuestra Vida.

La sexualidad ha sido y continúa siendo en muchísimos contextos el gran Objeto y el gran Tabú al mismo tiempo. El sexo, que es pura naturaleza, se ha reprimido, rechazado, cosificado y distorsionado tanto, que hemos perdido la conexión y por tanto, el sentido y el entendimiento profundo de lo que esencialmente significa nuestra energía sexual, que no es otra cosa que nuestra energía vital en acción.

Cuando reconocemos esta fuerza esencial, le damos nuestra atención y permiso para que pueda expresarse y manifestarse naturalmente. Estamos haciendo un cambio y una transformación muchísimo mayor de la que racionalmente podemos entender. Liberamos grandes cantidades de contenido emocional, energético, sistema de creencias, etc., ya no sólo propios, sino también de nuestros ancestros cuyas memorias llevamos en nuestro ADN.

Cuando permitimos a nuestra sexualidad expresarse de manera consciente estamos dando luz a esas partes que hemos reprimido de la propia esencia a lo largo de nuestra historia de vida.

Cuando liberamos la energía sexual nos empoderamos, porque reconocemos el gran potencial interno que tenemos y la enorme fuerza creadora que llevamos dentro.

Cuando aprendemos a elevar esta energía desde las zonas inferiores, genitalidad y chakras inferiores, hasta las superiores del corazón y chakras superiores, una magia comienza a suceder. Una alquimia que transforma la potente energía sexual en amor, expansión, aceptación, conexión, unidad.

Nuestro cuerpo deja ya de ser algo añadido, una mera maquinaria de carne y hueso aprisionando el alma, para convertirse en Templo, en fuente de vitalidad, agradecimiento y veneración. La mente y los pensamientos se aquietan para transformarse en atención plena y conciencia, y el corazón se expande irradiando luz, amor y presencia. Sintiendo así, de forma viva y presente, nuestra sacralidad más pura.

Toda nuestra energía se transforma. Y esta transformación no sólo sucede en nuestro mundo interno sino que misteriosamente se irá expandiendo y acariciando todo a nuestro alrededor.

He aquí la importancia de animarnos a dar el salto del tabú a lo más sagrado de la vida.

Con amor,

Claudia Ashaya

SEXUALIDAD, DEL TABÚ A LO SAGRADO
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